Si no es mucho pedir yo pediría
poder llegar a ti sin escalera,
y mirarte a los ojos fijamente,
poner en tu regazo mi cabeza.
Gritarte con el alma aquel silencio
del pasado -por miedo al anatema-
ahora que me veo liberada
de tus cargas sintiéndome serena.
Ver un agua que alivie mi estiaje
mezclada con colores de acuarela
iluminando tanto oscurantismo
que me hiciera, quizás, candar mis puertas.
Si no es mucho pedir atiende el ruego:
que sepa yo alcanzarte aquí en la tierra.
Poder llegar a ti sería viable
tan solo si miraras... y me vieras.
Idella
(2008)
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