Y transcurre la vida,
golpe a golpe,
daño a daño.
Hay ilusiones de felicidad
de vez en vez.
El espejo
refleja sin pensar
la inconsistencia
de nuestros exteriores,
y nos devuelve un halo
de indulgencia falaz
que nos exhibe buenos.
¡Valiente hipocresía
de mostrarnos tocados
por penurias lejanas,
más allá de los mares!
(Al lado de la casa, alguien sufre las suyas,
el hambre, la indigencia...)
Y la vida transcurre
golpe a daño,
daño a golpes...
Con la desilusión.
Con la impotencia.
Idella Esteve
2 comentarios:
Precioso texto. Me fez pensar nessa hipocrisia que todos temos ao nos comover com a desgraça que ocorre longe de nossa realidade e esquecermos de olhar para o lado, onde podemos simplesmente estender a mão e ajudar. Uma verdade incontestável. Nossa felicidade é mesmo ilusória enquanto não acordamos para a realidade que nos cerca. Se me permite sigo seu blog. Um abraço
Es cierto lo que dicen tus versos Isabel, pero así ha sido siempre, sigue siendo, y quizás también suceda de la misma manera en el futuro.
Un abrazo en la noche.
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