(A mi hija Verónica)
Están tocando las bandas,
su corazón se desboca
al ritmo del pasodoble
que escucha desde su alcoba.
Tiene todo preparado:
los pendientes y las rosas,
el traje de faralaes,
collares, canana, botas,
pantalones que bordé
con ésta mi mano tonta,
y un chal para que en la noche
su garganta no se rompa.
Empieza el rito anual,
con los nervios. Muchas cosas
antes de que en el desfile
se pueda lucir garbosa
con la elegante cadencia
que esconderá su zozobra
de excitación contenida
en la espera, tantas horas.
La sesión de maquillaje:
labios de roja amapola;
a tono con su mirada
en los párpados la sombra,
sombra por que no se escape
la luz que la irradia toda.
Se desviste el pantalón,
se viste bata de cola
cuajadita de volantes
que oscilan como las olas
de la cadera hasta el suelo.
Fulgor en sus ojos brota.
Carmen, la de Merimée,
no fuera tan seductora.
No lleva faca en la liga
ni va a la plaza en carroza,
ni es la Carmen de Bizet
que al Toreador asombra
mas para contrabandista
Vero luce más hermosa,
y aunque se la vea rubia
es auténtica española
y arcabuces y claveles
la acompañan y la adornan.
Idella Esteve
(7-06-12)
9 comentarios:
Hermoso poema Isabel y hermoso homenaje a tu hija Verónica, que puede estar orgullosa de ti, ya que tus letras desbordan cariño a raudales y ese amor de madre que destilan tus letras.
Un abrazo en la mañana.
Felicidades por tu hija hermosa, y felicidades a Verónica por su madre bella!!
ABRAZOS GRANDES A AMBAS.
:)
Hermosura y sentimiento en este bello poema.
Anda que no estás orgullosa de tu hija, yo también lo estaría. Un rendido homenaje a una criatura que tiene toda la juventud por delante.
Besos mientras la tarde es pura llama bajo el terral.
Un bello romance para una bella mujer.Enhorabuena.
Saludos.
Me ha encantado este Homenaje de cariño y complicidad con alguien tan querido como es tu hija.
Un abrazo.
¡Muy hermoso! como ambas lo sois.
Besitos
Muy bonito y muy festero.Y ¡qué guapa! Un beso
Queridos amigos:
Gracias a todos por vuestras gentiles palabras tanto para mí como para mi hija.
Fue una gran ilusión para mí escribir este poema, mientras mi hija estaba delante de mí y se le iban alegrando los ojos. Nunca disfruté tanto escribiendo un poema.
Espero poder pronto contestaros uno por uno y espero también que me perdonéis.
Miles de besos,
Isabel
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