Fue la luna alumbrando la espesura,
fue un sol de mayo con un brillo suave,
fue el velaje, impulso de la nave
capaz de navegar por la angostura.
Fue nieve en la montaña, fue la arena
caliente del desierto y fue agua
de oasis; para mi forja, fragua.
Fue la liberación de mi condena.
Fue total para mí: mi Dios, mi amante.
Y no puedo pensar, no hallo sentido
a que todo muriera en un instante.
Le siento sin creer que ya está muerto
pues sé que para él nunca habrá olvido,
que llevo el corazón al descubierto.
Idella Esteve
(4-06-08
3 comentarios:
Precioso soneto Isabel que va "más allá de la vida", en ese recuerdo y oración, a la vez.
Un abrazo en la noche.
Nada muere en un instante y mucho menos si fue algo puro. Hay cosas que trascienden, más allá de la vida.
Te dejo un beso
precioso soneto, las cosas son así, todo tiene un comienzo
y un final,lástima que este
sea triste; pero aún así,
la belleza que encierra
supera la tristeza. Un abrazo.
Te dejo mi dirección por si te
apetece leer algo mío,
nocheperegrina@blogspot.com
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