Aflicción que te albergas en el alma,
ay, mansa pena,
que ni siquiera puedes rebelarte
y vives en silencio.
Siendo tan grande, cómo te me escondes,
mintiéndome momentos de alegría,
haciéndome sentir
que ya moriste, mientras continúas
impasible a mi lado
y me despiertas al amanecer
para charlar conmigo,
tú, que fuiste lo último en mi mente
al conciliar el sueño.
Idella Esteve
(29-10-06)
6 comentarios:
Vive en silencio para los demás, porque a uno la llena de sus clamores desgarrados y clama a viva voz sus siniestros decretos.
Ella...la última en hacerse presente al acostarnos; la primera al despertarnos.
Siempre presente; visita no bienvenida, no llamada, renegada, y no obstante persistente.
Mis besos, y un gran abrazo, amiga.
¡Muy hermoso poema! felicitaciones.
Un beso, buen finde
Genial. El pesar pasa por tus versos tal como se puede sentir, agazapado en nuestro interior apareciendo con todo su dolor.
besos
Hola, Maritza:
A veces, o la mayoría de veces, se la lleva como una compañera de la que no te puedes despegar, en los adentros y cuando crees que la has despistado vuelve, vuelve y se instala persistentemente.
Gracias por tu visita.
Mil besos
Hola Verónica:
Muchas gracias a ti por tus palabras.
Un gran beso.
Hola, Toni:
Me alegra mucho que te llegue mi sentimiento.
Muchas gracias por tus palabras.
Mil besos
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