Bendita tu pasión -te dije un día-,
que por mi cuerpo corre como un río
dejándome al pasar sin albedrío,
que me siento más tuya que soy mía.
El río se secó. Vivo sedienta.
Espero un manantial, una alfaguara,
un manar de ilusión, un agua clara
que me redima de esta muerte lenta.
Y me vuelvo al lugar donde aquel lecho
pueda albergar aún algún torrente
bañando esta sequía del presente
que desde tiempo se instaló en mi pecho.
Me ausento del brocal del negro pozo
donde quise beber y ahogué mi gozo.
Idella Esteve
8 comentarios:
Hermosa contradicción la de esos versos llenos de pasión.
Un abrazo en la noche,
Rafael
Nuevos pozos tal vez...tal vez...
Muy hermosas tus letras, tan humanas en todo su sentir, pero por sensibilidad no se quedan atrás.
Te felicito siempre.
Y te envío mis abrazos en esta noche.
Hola, Rafael:
Como la vida misma: llena de contradicciones, y siempre a la espera de que algo bueno ocurra.
Un beso, amigo.
Isabel
Hola, Maritza:
A mí me dan mucho miedo los pozos, de siempre.
Muchas gracias por tus palabras, que siempre leo con interés, son hermosas pinceladas, como tus pinturas.
Mil besos
Bello soneto Idella.
Cuando la sed aprieta,siempre volvemos al pozo que un día nos la alivió.
Hermoso.
Saludos.
Agua, brocal, pozo, sequía, palabras para un buen poema del amor extinguido. Un abrazo. carlos
Hola, Jerónimo:
Mas, no toda el agua es potable ;-)
Gracias, siempre, por tu visita.
Un beso
Hola, Carlos Augusto:
Muchas gracias por tu lectura y comentario.
Ay, los amores extintos, pareciera que tengo fijación!
Un beso.
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