Canto como el cisne canta
su última nota de vida,
una canción dolorida
que me obstruye la garganta.
Llevo en mí tal pena, tanta,
que me siento desvalida
y mi mente enfebrecida
la indefensión agiganta.
Todo mi canto es un lloro
embebido en un pañuelo:
humedad que no transciende.
Mas sollozo sin desdoro
de mostrar mi desconsuelo.
Quien así sufre me entiende.
Idella Esteve
(6-2-08)
8 comentarios:
Vaya canto a la deseperanza!... Es tremendo, amiga! Y claro, sólo quien lo vive o lo ha vivido sabe bien interpretar esta tristeza suprema que se posesiona de los huesos, de la piel, y mucho más ...que nos voltea la serenidad y no tenemos punto norte u objetivo donde clavar la fe, más bien yacemos en posición de crucificado, pero sin esperanza de resurrección...
Es muy estremecedor. Muy verídico.
Abrazos miles, amiga.
Qué valentía y qué sinceridad Idelia...tu poema es un canto al dolor...igual que el cisne que emite su único canto al momento de su muerte... espero que no sea tu caso... pero mientras no muera la esperanza todo puede cambiar para bien...
El dolor es la mejor musa para nuestros poemas...
Te invito a escuchar un poema dedicado al Hombre universal...en mi blog...voz de Beatriz S.
un abrazo sincero y deseo lo mejor para ti...
Amiga:
Mientras que el cuerpo aguante. Pero ¿Hasta cuando? ¿Hasta cuando?
Muchas gracias por tu visita y mil besos, de corazón.
Olé y olé, hermosísimo.Leerte es un placer, quien lo probó lo sabe. besos
MUY SILENCIOSA MELANCOLIA.
UN ABRAZO
Hola, Ceciely:
He estado unos días sin ver los comentarios y sin poderme pasar a leer en otros blog, pero hoy voy rauda a disfrutar de tu poema en la voz de Beatriz.
Gracias por tu visita y tus palabras.
Un beso.
Hola, Ismael:
Muchas gracias por tu entusiasmo. El placer es mío.
Besos
Hola ReltiH.
MUchas gracias por tu lectura.
Un beso
Publicar un comentario