Me he lavado la lengua esta mañana,
ya no quiero ofenderte, prenda mía,
busco vivir en paz y en armonía,
abandonar el rifle y la catana.
Y cerraré mi boca -cerbatana
de dardos, venenosa artillería-,
como muestra de amor. No es cobardía
que me imponga el cansancio y la desgana.
He decidido, en fin, ilusionarme:
cierro el pasado, aplico una visión
más amplia que propicie este desarme.
De cuanto dije hago abjuración
si tu cariño aún puede abrigarme
y logra calentar mi corazón.
(de “Siempre en la brecha”)
Isabel Esteve
(8-8-06)
12 comentarios:
Siempre un placer visitarte... Gracias por compartir.
Abrazos de luz.
¡Excelente! y muchos deberían lavarse la lengua antes de hablar.
Un beso, buen finde
Interesante tema, bien desarrollado en el soneto y vigente, a pesar del tiempo de su creación, para tantos de nosotros.
Un abrazo en la noche,
Rafael
Muy buen manejo del soneto, para este poema, ejemplificante del evento de no herir con la palabra, Un abrazo, Carlos
Por cierto, adoro la música clásica. Me encantó.
Un saludo
Morderse la lengua puede ser producente... pero a veces que agustito que se queda al despotricar.
Un placer...
Saludos almendrados ;)
El placer es mío, Beatriz.
Gracias por tu visita.
Un beso
Hola Verónica:
Mucuhas gracias por tu lectura.
Un beso
Hola, Rafael:
Como siempre es un placer para mí tu visita.
Un beso,
Isabel
Hola, Carlos:
Muchas gracias por tus palabras.
Un beso
Hola, Unai.
A mí también me encanta la música clásica.
Gracias por tu visita.
Un abrazo.
Hola Teyalmendras:
Jajajaja, totalmente de acuerdo.
El placer es mío.
Un beso
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