Íbamos en lo oscuro,
tus faroles apenas alumbraban,
luz que agoniza era
tu sol mentido
y en la sombra
una sed implacable de engañosas verdades,
un hambre tan saciada con la mediocridad.
Mediocre fue el amor que nos mantuvo
sumidos en tristeza
y apagados.
No eras tú quien amaba,
no era yo quien valiente
encendiera candiles
ni avivara una hoguera,
y la noche era seca bajo una luna lacia.
Nos perdimos en sombras
el uno junto al otro, sin saberlo,
sin pronunciar siquiera
una sola palabra.
Idella Esteve
2 comentarios:
Querida amiga,
Debiera castigarme por no entrar con más frecuencia y leer tus poemas. Son sencillos, desgarrados y profundos. Qué ahogo nos entra cuando pese a un amor entregado, el tedio teje muros de silencio entre los amantes.
Federico
Como siempre, Federico, es una alegría constatar que te has pasado a leerme.
Tú fuiste de los primeros en ver mis balbuceos en esta gran pasión mía que es la poesía y te estoy agradecida por la fidelidad que me muestras.
Un beso enorme, querido amigo,
Isabel
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