Quién no te canta a ti, la linda rosa,
símbolo del amor y la belleza,
rojo de la pasión, blanca pureza,
tantas veces altiva y desdeñosa.
Esgrimiendo el puñal de tus espinas
hieres a quien te corta, y es ignorancia
considerar gratuita tu fragancia:
te cobras las labores celestinas.
Has llegado a creerte Majestad,
te lo han hecho pensar tantas historias
escritas sin pudor, adulatorias,
que te privan de ver la realidad:
Si del jardín te sientes reina pura,
no olvides que te abona la basura.
Idella Esteve
(20-08-08)
4 comentarios:
Lindo soneto a la rosa.
Un abrazo y feliz domingo,
Rafael
Hola Idella.
Me ha encantado,
Y el final es ¡Magistral!
Un abrazo.
Me alegro de que te guste, Rafael.
Gracias por leerme.
Un besazo
Hola Jorge:
Me alegra que te haya gustado.
Hay quienes, como a la rosa, habría que recordarles que a pesar de su orgullo y prepotencia les sustenta la basura, pero claro, las adulaciones no les dejan ver la realidad. El poema podría ser una alegoría ;)
Un beso.
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