miércoles, 7 de diciembre de 2011

No hay dos sin tres


Para hacerle a la mano compañía
mi pie izquierdo se muestra reticente
a dar un paso más: pisó inocente
en un hoyo en la calle, al mediodía,

y me vino un esguince por el lance
que no me cura hielo ni pomada,
ni el anti inflamatorio me hace nada,
ni sé cuando saldré de este percance.

Parece que me va fallando todo:
la vista, el pie, la mano y la cintura,
sorda estoy de un oído y en albura
me pinta la psoriasis en un codo.

Cien años... No hay un mal que tanto dure.
Puede que algo de esto aún se cure.

Idella Esteve
2008

2 comentarios:

Fede dijo...

Dicen que a perro flaco todo son pulgas, pero vamos, es que a ti te han tocado todas las papeletas de la rifa...
Me ha gustado el poema, tiene humor, y confío en que no todo sea verdad.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Jajaja! Fede, no en estos momentos, no.
Me ocurrió como puedes ver en el 2008, el pie izquierdo hizo compañía a mi mano derecha, acorchada, carente de tacto, secuela del infarto cerebral que tuve el 14-02-08, que fue mi regalo del Día de San Valentin, me di cuenta al despertar que mientras dormía el dichoso infarto vino con la preguntita de marras "Will you be my Valentine?" y desde entonces, aquí llevo su recuerdo, amorosamente cada vez que la mano se niega a obedecerme.
Bien, verás que llevo la cosa bastante bien, que a pesar de todo no soy tan pesimista como puedo parecer, o que con los años me voy volviendo más resignada. No me quejo, no.

Un día de estos subiré el soneto que hice a "mi mano tonta" para que veas con qué filosofía me tomo los reveses.

Un beso enorme, querido amigo.

Isabel