Que no salga a la luz, que nadie sepa
que en una noche caminé mil años
y que reniego de la piel de lobo
disfrazando al cordero y su ternura.
Que todo quede oculto.
Mañana, volveré a las andadas
simulando la fuerza
-no pueden aparcarse las costumbres-,
para ser un soporte.
Aguantaré la sed
para no beber más de la copa de lágrimas.
Quede en los interiores
que soy frágil,
que me rompo en los besos
y con la indiferencia se me fractura el alma.
Idella Esteve
(26-12-08)
3 comentarios:
He leído varias veces estos quince versos y he intentado también seleccionar algunos para destacarlos, pero no puedo hacerlo.
Creo que todo el poema muestra una gran profundidad y te lleva a ese "interior", (real ó hipoético), que has intentado construir con gran facilidad de tu parte.
Felicidades por este "viejo" poema rescatado.
Un abrazo en la tarde Isabel.
Rafael
No, no es hipotético esta vez.
Estos tres poemas que he colgado a la vez se correspondes en la secuencia de los días en que están escritos: "La espera", lo que finalmente me ha de decir el especialista tras 10 meses de pruebas y mareos, "La resignación" ante lo irreversible.
"Interiores" donde hablo de una fortaleza aparente para que nadie se preocupara por mí y que sin embargo iba rota por dentro.
Bueno, no me gusta desvelar el sentido de los poemas, pero en este caso casi que lo necesitaba.
Un beso en la madrugada.
Gracias por descorrer nuevamente esa cortina de tu ventana. Como bien dices a nadie "nos gusta desvelar el sentido de los poemas", pero casi todos llevan un mensaje, un recuerdo, ¿un eco que subyace?... No lo sé Isabel, pero también es cierto que muchas veces necesitamos "explotar" y soltar eso que nos ahoga en el alma.
Un beso y feliz día para ti.
Rafael
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