Que me plantaron reina del jardín
y fui rosa feliz que florecía.
Así desarrollé día tras día
un colorido sano de carmín.
Y vine a enamorarme de un capullo
con pretensión de alegre caballero.
Nos mudamos los dos a un macetero
al que cuidamos con primor y orgullo.
Mas un capullo nunca desarrolla
si a mitad de su vida ve la helada.
Y se heló. Y mi vida fue truncada
pues se fue mi ilusión con su farfolla.
Ya perdí mi color y estoy marchita,
pasó mi temporada y hoy es tarde,
no me encuentro capaz de algún alarde.
Ni aunque el rocío sea agua bendita.
Idella Esteve
(14-1-07)
5 comentarios:
Nuevamente la rosa, "tu rosa", en estos dieciocho versos que dicen tanto...
Un abrazo en la noche,
Rafael
Jajaja, "mi rosa" ¿Quién será "el capullo".
Bueno, ya te dije en una ocasión que no siempre soy tan fatalista, también puedo ser humorista, irónica e incluso sarcástica.
Un beso en la tarde.
Bellísimos versos, felicitaciones y gracias por compartirlos...
Un abrazo.
Muchas gracias a ti, Rebecca.
Me alegra que te gusten.
Un abrazo
Hola, Mari Carmen.
Muchas gracias por tu visita, me alegra.También me alegra qe te guste el poema.
Nos leemos.
U abrazo
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