Hizo Dios el mundo en seis días.
Y el séptimo descansó -en paz-.
*
yo me visto de luto
que ahora sé el motivo de tu largo silencio
y borro la amargura
de todos estos años en que vagué vacía
tengo que perdonarte
no dictaste la Biblia ni todas las matanzas
habidas en tu nombre
ni el lujo de los otros
con que te reverencian obviando tanta hambre
no te puedo pedir
una pizca de ayuda en nombre de los pobres
ni para mi consuelo
delegaste en humanos
que son tus albaceas en ausencia de Ti
destrozaron tu obra con tanta burocracia
y con sed de rapiña
te quitaron la gloria de la ecuanimidad
aunque sigues lejano hoy me inspiras ternura
y hago la paz contigo
Idella Esteve
2 comentarios:
Me suena a oración encubierta estos versos, ¿me equivoco?.
Un perdón bien definido en sus palabras. Hay crudeza en algunos versos: "...no te puedo pedir ni una pizca de ayuda en nombre de los pobres ni para mi consuelo...", pero es la realidad con que nos encontramos, la eterna duda y a la vez el motivo para seguir buscando esa paz.
Un abrazo,
Rafael
Siempre he dicho que no me adhiero a ningún credo, ni religioso ni político porque me gusta tener la mente clara y capacidad de crítica.
Y sin embargo, mi ateísmo me lleva siembre a ir añorando algo que levante mi espíritu, algo hasta ahora desconocido en lo que creer. Mi mente es limitada para ello, pero lo que sí que tengo claro es que no creo en lo que hay.
Un beso en la mañana.
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