En ausencia de ti
palpando mi agonía
alguna vez quedé tras los cristales;
anhelo baladí
de que llegara el día
del fin de estas angustias espectrales.
Nada fue demostrable.
Tan solo en la sospecha
de que dentro de mí mi amor cambiaba
me sentí despreciable,
lastimada y maltrecha
y una voz interior a ti rezaba:
"Señor, que acabe pronto
mi pena y desencanto
muéstrate alguna vez, es dura prueba
esta duda que afronto,
es dolor, es quebranto;
haz que renazca en mí una fe nueva."
Pongo mi corazón,
mi vida, mi alma entera,
mi pasión sempiterna por creerte
desoigo la razón
diciéndome:"Quimera.
Que jamás de encontrarlo tendrás suerte."
Si eres, estás tan lejos...
-vives en las alturas-,
que te olvidas de mí, y de nosotros.
Mis dudas son reflejos
de las acataduras
que no pusiste tú, pusieron otros.
Oye mi voz te pido,
si de verdad existes
dirige tu mirada hacia la tierra,
sácanos de tu olvido
no nos mantengas tristes
que acabe tanto mal y tanta guerra.
Idella Esteve
(19-9-06)
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