viernes, 28 de octubre de 2011

Lluvia en día de difuntos

De lluvia se me ha pintado
el color de los cristales,
lluvia que para mis males
en los huesos se ha posado.
El pensamiento abismado
en sus gotas se entretiene
-pensar de más no conviene-,
y en silenciosa postura
intento hallar la ventura
que de la humedad deviene.

La noche trae la calma
y de la lluvia se ve
tan solo un negro cliché
de imágenes en el alma.
Ya la amargura se ensalma,
con el dolor y el quebranto,
del cisne se entona el canto
y en la mente desprolija
se forma la idea fija
de morar el camposanto.

Idella Esteve
(2-11-08)

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