Péname de penas tuyas,
con penas almibaradas,
para endulzar de una vez
mi leche de pura escarcha
donde se hiela el calor
que a mi corazón le falta.
Péname de puros besos
en mi frente y en mi espalda
y en las cuencas de mis ojos
y en mi piel aceitunada
y en las palmas de mis manos
y en mis alas atrofiadas
para que se alce mi vuelo
liberando las amarras
de esta alma constreñida,
sin ánimos ni esperanza.
Idella Esteve
(27-5-07)
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