No hay nada que armonice mi amor con tu flaqueza;
se quedaron ancladas en un puerto lejano
aquellas fantasías, y es un esfuerzo vano
tu fingida pasión, te ganó la pereza.
Perdona si te hiero, si te muestro dureza,
no entiendo este abandono. Desvélame el arcano
de tenerme contigo, dejada de la mano,
como "premio" de todo cuanto di con largueza.
Late mi corazón debajo de la blusa
y pugno por vencer todas tus artimañas,
que te dejan patente el acobardamiento.
El paso de los años me pones como excusa
y quieres engañarme, mas con ello te engañas:
no es la larga existencia quien mata el sentimiento.
Idella Esteve
(25-11-06)
2 comentarios:
Hermoso soneto en alejandrinos, con una reflexión interesante en su estrofa final.
Un abrazo,
Rafael
Gracias por tu comentario, Rafael.
Me estoy acostumbrando a tus visitas. Es un placer.
Un abrazo
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