Mis haikus

HAIKUS
Pasan volando
sobre las flores bellas
los pajarillos.

El agua fluye
refrescando las matas
de la ribera.

Azul el cielo,
los pájaros volando,
canta un jilguero.

Día de fiesta,
los músicos tocando,
baile en la plaza.

Cara de niña,
gracejo en el andar,
gracia en el talle.

Copas altivas,
cipreses del camino
negros de luto.

Verdes las hoja,
Flores de mil colores,
¡Es primavera!

Suena el pandero,
bailan los lugareños,
fiesta en el pueblo.

Cortan las mieses,
con dolor en la espalda
la noche esperan.

Venta del puerto,
alegre corre el vino,
cantan los hombres.

Saltan los niños,
las madres, comentando.
Tarde en el parque.

Fervor cristiano,
cirios y capuchinos:
es Viernes Santo.

Cantan las ranas,
el estanque es plateado,
la luna es blanca.

Cantan las ranas,
el estanque es dorado,
la luna es plata.

Y los amantes,
cogidos de las manos,
miran la luna.

Bailan las gentes
mientras el día dura
y hasta en la noche.

El miserere
cantan en el entierro,
lloran las gentes.

Un rayo alumbra,
las estrellas faltando,
la noche negra.

Blanca la novia,
mesas engalanadas:
festín de boda.

Juguetes caros,
sonrisas en los niños.
Es Navidad.

Las horas pasan,
sumida en el insomnio
paso las noches.

En los corrillos
las comadres chismosas
cuentan sus líos.

De los umbrales
los botijos al fresco
calman la sed.

Nubes oscuras,
golondrinas volando,
la lluvia llega.

Entre suspiros,
los versos desgranando,
llora el poeta.

En la montaña
se deshacen los hielos,
forman torrentes.

Enamorado
un galán a su moza
le da una flor.

En el estanque
se refleja la luna,
cantan las ranas.

Días felices.
Los novios y las novias
comen perdices.

Por cortesía
no diré lo que pienso
de tus ideas.

Después de todo,
recordaremos juntos
que hemos vivido.

Esta señora
siempre viste de verde,
nunca madura.

Y nos miramos
y sentimos temblores
y… nos besamos.

En nuestro otoño
sentimos renacidas
las ilusiones.

La nube blanca
en medio del azul
silente pasa.

Besos de madre
los temblores nos quitan,
nos dan la calma.

En procesiones
las gentes van descalzas,
cumplen promesas.

Y los amantes
se besan con pasión
bajo la luna.

No soy cristiano.
No tiene que importarme,
Jesús no lo era.

Ha anochecido,
el sueño va llegando,
y los temores.

Miro las aguas,
parecen turbulencias
de nuestras almas.

El cementerio:
descanso de los muertos,
cita de viudos.

¡Cuánta pereza
superar la apatía
y la tristeza!

Los pajarillos,
alegres, con su pico
forman el nido.

No te maquilles,
no te ensucies la cara
que estás preciosa.

Apasionados,
juntando nuestras bocas
nos acostamos.

La política:
cúmulo de mentiras
para atontarnos.

Me duele el alma
al ver a mis amigos
cómo discuten.

Y aún recuerdo
nuestras horas pasadas
en el colegio.

Detrás del velo
unos ojos que matan
como cuchillos.

Miro tus ojos
y me siento pequeño
como un enano.

En alegría
me olvido de las penas
y sinsabores.

De tu figura
dicen, chiquilla bella,
cosas hermosas.

Tanto avalorio
en vez de embellecerte
te mimetiza.

Perdida anduve
por amores de un hombre
que nunca tuve.

Quema en el alma
la cruel indiferencia
con que me tratas.

En el verano
paso noches en vela
por el calor.

En el presente
recordar es preciso
nuestro pasado.

Alborozada
da besos a sus hijos
la madre amante.

Busco un mañana
que nunca llegará
porque siempre es hoy.

Día domingo,
delante de la tele
pasas la tarde.

Fotografías:
instantáneas tomadas
de nuestra vida.

Acurrucados
junto al calor del fuego
cuentan historias.

Con los perdones
se van aligerando
los corazones.

Busco un amigo
que me escuche y mitigue
mis desventuras.

Un cementerio.
las lápidas antiguas,
las flores mustias.

Un cementerio:
las lápidas tan limpias
las flores frescas.

Como los cisnes
nadando en el estanque
tienes la gracia.

Arroyo claro
pasando por el valle,
agua serena.

Quedan muy lejos
los anhelos soñados
de adolescencia.

Fuente serena
la que tú y yo miramos
con nuestro amor.

El alma muerta
resucitada está:
siento tu amor.

Amarte es morir.
Morirme quiero yo
por tu querer.

Me da en los ojos
destellos desprendidos
de tu alegría.

De los tiranos
las cárceles repletas,
sangre en las manos.

Asesinados
y desaparecidos
en su país.

Mírame bien,
me estoy volviendo loca
por tu querer.

Todas las horas
estoy por ti penando,
no me abandones.

Quiero mirarte
mas mis ojos se cierran
para besarte.

Enamorada,
no quiero percatarme
de otras miradas.

Ha anochecido,
loca me vuelvo a casa
a estar contigo.

La noche aciaga
en que tú me dejaste
me volví loca.

Los políticos
utopías nos lanzan/mienten
para callarnos.

Y con mis lágrimas
yo quise encadenarte
¡Vana ilusión!

Te entrego mi alma
y todo cuanto tengo,
quiéreme mi bien.

Tocan el cielo
las copas de los árboles
y tu mirada.

Mi inspiración:
mirarte cada noche
con devoción.

Es tu sonrisa
adorno de tu cara,
niña adorada.

Quedan en mí
grabadas tus promesas
de eterno amor.

La fe perdida
me angustia y me vacía
¡Quiero encontrarla!

Ebria la noche
está de tu perfume
y tu mirar.

Mi corazón
anima los sentidos
que a ti me impulsan.

Me dueles tú.
me duele la dureza
que te he mostrado.

El cielo es blanco,
y la nieve y la escarcha,
y mis recuerdos.

De la amistad
fidelidad pretendo
y nada más.

Los políticos:
mentiras y chanchullos
por convencernos.

Detrás del velo
tus ojos negros, niña,
tus ojos negros.

Pinceles nobles
pintando bellos cuadros,
que no paredes.

Bravo guerrero
en la fronda descansa
junto a su dama.

En procesión
con velas en la mano
van a la iglesia.

Canturreando
las mujeres del pueblo
bajan al río.

Levanta el velo
y en los labios rosados
un beso da.

En romería
subiendo la colina
llevan al santo.

Bajo del velo
tus grandes ojos negros
y tu sonrisa.

Los ventanales
con cortinas echadas
tras los cristales.

(Y) en los balcones
geranios y otras flores
brillan al sol.

Felicidades
desean a los novios
los invitados.

Brillando el agua
con los rayos de sol
en el estanque.

Amor sincero
en tus cartas me mandas
con devoción.

Son las libélulas
frágiles helicópteros
de los estanques.

Adarga antigua,
el yelmo de Mambrino
y el rocín flaco.

Ama madura,
sobrina juvenil,
mozo de campo.

Cura y barbero
arrebatan los libros
al buen hidalgo.

Se quijotiza
Sancho y Don Quijote
se nos sanchiza.

El Amadís
a nuestro buen hidalgo
le sorbe el seso.

Como poseso
vivió nuestro Quijote,
mas murió cuerdo.

Es un buen libro
mas no todos lo leen
por obligado.

Dichosa Aldonza
en dama convertida
por Don Quijote.

Es en la venta
que a nuestro buen Quijote
nos lo mantean.

Quiere curarse
y se toma el remedio
de Fierabrás.

Dan los batanes
al pobre de Sanchico
malos olores.

En los estantes
queda esta genial obra,
por obligada.

Quiso Cervantes
adornar a Quijote
con la bacía.

A los pellejos
Don Quijote con saña
los espadea.

Era manchego
el loco caballero
universal.

De Blanca Luna
caballero fingido,
Sansón Carrasco.

Se pierde el rucio
y por birlibirloque
nos lo encontramos.

Balcón con flores,
pregonas a la vista
la primavera.

Sueño despierta
que tu amor anhelante
llama a mi puerta.

Prefiero el vino
al brandy y los anises,
y más si es fino.

Qué desperdicio,
“realities” de tele:
son un mal vicio.

Voy viento en popa
por los Mares del Sur
y tú en mi proa.

Un palmeral
y una cara agarena
de gran beldad.

Ron, brandy, vino;
sírve de todo un poco
y ven conmigo.

También pensaba,
para animar la escuela
sana batalla.

Los que luchamos,
con ayuda del haiku
bien nos quedamos.

Tras los cristales
del pc la pantalla,
un haiku al día.

Décima o haiku,
versear es bonito,
es como un juego.

Es facilito,
cinco, siete, otro cinco,
y todo dicho.

Anda, animaos,
demos más vida al foro
que anda parado.

Y me despido.
Espero veros pronto
buenos amigos.

Sobre la duna
las toallas de amantes,
la mar en calma.

Está el levante
agitado por verte
la cara al viento.

El vino tinto,
chorizo y sopa de ajo,
y queso rancio.

De todo un poco,
amor y desamor
a un ritmo loco.

Cárcel del alma,
ausente está de rejas
pero igual mata.

Cárcel del alma,
donde no ves las rejas
que la encarcelan.

Presente estamos
y nos mata la angustia
de un mal pasado.

Y cada cual
hablando de la feria
según le va.

Felicidad
como la entiendes tú
no queda ya.

Almendro en flor,
alrededor del tronco
fila de hormigas.

Las margaritas,
ábacos con que cuentas
el sí y el no.

El horizonte
como cresta de pinos
que puebla el monte.

Son mariposas
de flor en flor volando,
indiferentes.

Encarceladas
las vanas ilusiones,
sin amnistía.

Y si alguien viene
será ese colibrí
libando flores.

Fucsia en la rama,
humilde florecilla,
vida proclama.

Cárcel de amores,
las rejas invisibles
son las peores.

En rosa roja
libando de su sangre
la mariposa.

El aquelarre
en noche de San Juan
queda en el aire

Y las hogueras
celebran esta noche
en Alicante.

En común tienen
aromo y margarita
flor amarilla.

Gris de ceniza
el cielo y por la tierra
ríos de lava.

Cielo con cirros,
vuelan las golondrinas,
nace un suspiro.

Avión que vuela,
deja en el cielo azul
blancas estelas.

El abanico
es velo de la cara
en los saraos.

Ay, los latines,
recuerdo de los monjes
y sus maitines.

Leve el haikú
como una corta estola
de marabú.

Risa bendita
que hablando de las penas
se "despepita".

Antes del tiro
los hombres ya mataban
con cachiporras.

Banco en el parque,
abuelos que recuerdan
sus “batallitas”.

El chocolate
caliente, con los churros,
por las mañanas.

Las cumbres altas,
suelta un grito en el aire
volando el águila.

Es devorado
y pierde la cabeza
como otros tantos.

En la cocina,
mi marido guisando
yo haciendo rimas.

Aperitivo,
comida de cuchara,
pastel de postre.

Hijo, Retama,
qué hartazones te pegas
por la mañana.

Café con leche,
tostadita ligera
¿No te apetece?

Y si es frugal
le añades una fruta
y nada más.

Y si es de noche,
todo cuanto le añadas
¡puro derroche!


Las digestiones
de una cena copiosa
causan sudores.

Me desempacha
componer unos haikus...
y el Alkaseltzer.

Estela blanca
corriendo por los mares
tras de tu barca.

Una mozuela,
como un junco es su talle,
su falda vuela.

None of your business,
el boss está de fiesta,
tú de trajines.

En este día
está la mar en calma,
yo en agonía.

Mira el balcón
y, asomándose en él,
mi corazón.

Sangre y arena,
su marido en el coso
sin ser torero.

El corazón
cuando late deprisa
es de emoción.

En la distancia,
amores que se fueron
cobran prestancia.

Silencio es pena
que se aloja en el alma,
brutal gangrena.

Silencio es oro
y en él está engarzado
cuánto te adoro.

Me urge quererte
y contigo a mi lado
me siento fuerte.

Me siento fuerte
cuando tú estás muy cerca
y el miedo ausente.

Como galerna
en mi norte me azota
la duda eterna.

Mientras estemos
con los haikus haremos
lo que podamos.

El cenit Sol
amarillo el trigal,
roja la flor.

Mantel de hierba,
frescura de verdores
que acaba en siega.

Vulgar, la vida,
a veces se enaltece
con poesía.

Mudos disparos
llegan al alma, duelen,
son un desgarro.

Amarillea
ese mar de trigales
en la meseta.

Estupidez
que merece un silencio
tienen personas.

Incoherentes,
juegan al "encabrono"
de otras gentes.

Qué desaliento,
el presente es futuro
para los muertos.

Cómo me lía
intentar descifrar
galimatías.

Siento el silencio,
y penas que no hablan
muerden por dentro.

Presente siempre
quiero tener la imagen
del hijo ausente.

Tras la tormenta
los brotes de esperanza
el alma alienta.

Mezquita Azul,
el agua con arcoiris
y al fondo… tú.

Tomo gustosa
esta flor azulada
porque es preciosa.

Rosa azulada
bañada con rocío
de madrugada.

Rosa rosae,
declinando latines
paso la tarde.

Hija querida,
si estudias un poquito
aprenderás.

Vivo pensando
si esta vida es un sueño
y estoy soñando.

Voluble yo
y siguiéndome el ritmo,
mi corazón.

¿Es rododendro
este bonsai que evoca
la flor de almendro?


Espeluznante
tu visión del presente,
mi navegante.


Se van cayendo
retazos de mi alma
con tanto incendio.

Como en un haiku
ojalá las desgracias
pasaran rápidas.

Me duele España,
me duelen las desgracias
que nos la empaña.

El albedrío
libre me lo dio alguien
¿por qué, si es mío?

Sueño banal
del que esconde las penas
tras un cristal.

Es transparente,
sólo en sueños se opaca
el brillo hiriente.

Nunca el aroma
he tenido en un sueño,
nunca el sonido.

Agosto muere
acercando el otoño,
mal de mis huesos.

En una cola
el minuto se agranda,
se vuelve horas.

Sólo un minuto
y el tren de mi partida
me deja en tierra.

Esta es mi vida:
un minuto tan sólo
y... arrepentida.

Otoño llega:
lluvia, viento y alfombras
en las aceras.

Luto en la noche,
en silencio pasando
sin un reproche.

La noche es negra
como luto en el alma,
inmensa pena.

Noche enlutada,
tan negra como el luto
de tu mirada.

El luto es blanco
en otras latitudes,
blancas sus penas.

Atomizarme,
hacerme muy pequeña
desintegrarme.

Y en ese intento
olvidarme promesas
y juramentos.

Sólo un ratito
a cambio de los años
que necesito.

Qué hartita estoy
oyendo tonterías
por donde voy.

Tanta proclama
y hacen en cuanto llegan
su santa gana.

Unos y otros
dicen en cuanto pueden
medias verdades.

Mira qué bien
nos creemos demócratas
sólo de un lado.

Y para serlo
tiene que demostrarse
y no creerlo.

Cuando esto veo
me pregunto si somos
librepensantes.

Y aquí debajo
se me viene a la mente
¡id al carajo!

Tienen los árboles
brazos y cabellera
para abrazarte.

Si hay libertad
liberadme enseguida
por caridad.

Tras los barrotes,
es mi casa la cárcel
y el ladrón libre.

Los atolones
¿están libres de bombas
de megatones?
*
(toi obsoleta
porque aún sigo contando
con la peseta)

Siento que viene
otro otoño a mi vida
y al pelo nieve.

Por disfrazarlo
del color de las hojas
lo voy pintando.

Bajo la lluvia
ves a Santa María
con su esplendor.

Su viva piedra
erguida y poderosa
que nos contempla.

Junto al camino
con les vaques pastando,
verde dominio.

En la cimera
ves San Miguel de Lillo
que nos espera.

Quiero volver
y perderme en Asturias
para encontrarme.

Para el que olvida,
naturaleza muerta
toda su vida.

Haiku que afloras
a falta de otros versos
en estas horas.

La inspiración
parece que rehuye
mi evocación.

El alma sale,
traspasando intramuros
vuela en el aire.

Introspección
cuando sientes que duele
tu corazón.

No soy tan triste
y siempre va delante
mi alma en ristre.

Un buen cocido
con morcillo, garbanzos,
pollo y tocino.

Para mañana
prepararé fabada
a la asturiana.

Minuto largo
con sesenta segundos,
ningún primero.

Mirada al viento
con la mota en el ojo
del desconcierto.

Con la sequía
batallo cada noche
desde hace días.

Con la sequía
batallo una semana
de noche y día.

Con malos vientos
se apaga la palabra
sin miramientos.

Oscurecida
en un siglo de luces
se va mi vida.

En la mañana
empiezo mi rutina
con gran desgana.

Transcurre el día,
se acaba mi paciencia
desguarnecida.

Estoy cansada
de tanta estupidez,
tanta gansada.

Tanto niñato,
tanta condescendencia,
tan falso trato.

Y tanto esfuerzo
echado a la basura
con desconcierto.

Un muro amargo
delante de los ojos,
después… letargo.

Un kindergarten
para niños y adultos,
es tan frustrante.

Con hojas muertas
de un otoño baldío,
horas inciertas.

Cambio de hora
pero la vida sigue
impermutable.

Tenía ganas
y tomé chocolate
esta mañana.

Arroz con leche,
clavo, canela y azúcar
hoy me apetece.

Queda plasmada
la magia del momento,
eternizada.

Para mirarme
sólo me queda el haiku
como un espejo.

Intento en vano
de cuanto nunca hiciste
en el pasado.

Manos atadas,
ante la burocracia
no vales nada.

Intento aciago
si el enamoramiento
resultó vago.

Surgió la duda
como premonición
de la tortura.

Que me ha pospuesto
su criónica pasión
para otro siglo.

EXPRESIONISMO-SURREALISMO
No es que me plazca
ver mi metamorfosis
de cucaracha.

Insecto insano
del que intento alejarme,
intento vano.


Me quedo inerte
debajo de la cama
avergonzada.

Me crecen alas
que no son las de un ave
ni tienen gracia.

Y mis antenas
tantean todas partes
buscando penas.

Qué dura prueba,
un exterior de bicho
que mi alma encierra.

Mi amanecida
en insecto formada
cambió mi vida.

Que nadie aprecia,
ni padre ni familia,
mi concha recia.

Lloro impotente
¿En qué me he convertido
tan de repente?

No hay retroceso,
así habré de morirme,
triste proceso.

Sigo mutante
camino del castillo.
Punto y aparte.

Con las ausencias
se presentan los llantos
y las dolencias.

El caracol
va dejando una estela
que brilla al sol.


Se posa el tiempo
en la fotografía
y en mis recuerdos.

Grito con alas
llegando a todas partes:
la poesía.

¿Es mi presente
el futuro anhelado
que ayer soñé?

Joya, el silencio,
donde no se percibe
ni un decibelio.

Precarios ojos,
enquistado está el llanto
de los enojos.

Ojos cerrados,
parece que dormidos,
en llanto ahogados.

Ojos abiertos
viendo pasar la vida
con paso lento.

Ojos hinchados
tras de aquellos amores
que son frustrados.

De chiribitas
se me llenan los ojos
si estás cerquita.

Ole el salero
cuando tus ojos dicen:
¡Cuánto te quiero!

Ojos que ojean
la calle donde pasas
por que me veas.

Ojos rasgados
con sombra de misterio
y enamorados.

Ojos azules
que miran escondidos
detrás de tules.

Ojos ardientes
que a pesar de su fuego
son inocentes.

Son esmeralda
el color de los ojos
con que me matas.

De gris ceniza
el color de unos ojos
que me esclavizan.

No hay ojos negros
sino algunos que matan
como veneno.

Imaginar
el color de los ojos
que me han de amar.

Incoherente,
una cosa es el ojo
y otra la mente.

Hoy he tomado
acíbar en la miel
y un café aguado.

Descubre arrugas,
las de dentro del alma
quedan a oscuras.

Pensó el espejo
preconizar su idea,
y fue: espej-ismo.

Se ha transmutado
la imagen del espejo
que me ha mirado.

Espejo roto,
son siete años aciagos
y… comprar otro.

Al otro lado
del espejo no hay nada,
sólo azogado.

Amigo viejo,
testigo de mis días
eres, espejo.

El gesto ausente,
anclado en la molicie
de este presente.

En blanco y negro
recuerdos del pasado,
luego el color.

¿Cuándo la vida
paso del blanco y negro
al digital?

Por la pradera
viene, caballo al trote,
la primavera.

Murmulla el agua,
se deshacen las nieves
de las montañas.

No es primavera
y la flor del almendro
pronto nos llega.

Naturaleza
¿El hombre bueno o malo?
Nunca hay certeza.

Con cordoneras,
un par de botas viejas
sobre la estera.

Alucinante:
no veo mi reflejo
y estoy delante.

Mi valentía,
caballo de batalla
de cada día.

Pan y corridas
y corazón y fútbol...
¡qué entretenidas!

Es el silencio
lo que viene a mi mente
cuando en ti pienso.

Donde el silencio
escucho los sonidos
pasar de lejos.

Entontecida
veo pasar las horas
que traen el día.

Acurrucada
me quedé casi fría
en la velada.

Tuve un impulso:
escribiendo a la noche
echarle un pulso.

Amigo espejo
no me vuelvas la espalda
con tu reflejo.

Vuélvete, espejo,
y refleja mi rostro,
joven o viejo.

Itinerario,
desgranando lugares
como un rosario.

Consensüado:
nos dicen qué es virtud
y qué pecado.

No lo he encontrado,
está tras de una puerta
bajo candado.

En un minuto
cayó el alma a los pies
muerta de abusos.


Aparentar,
si se tiene de menos,
que hay mucho más.


El que no come
porque no tiene qué
no hace campaña.

Algunos hay,
si desapercibidos,
en esta España.

Sufro impotencia
al ver que falta tanta,
tanta decencia.

Lluvia con viento
y primavera aciaga
del sentimiento.

Lluvia nocturna
veo tras el cristal,
mi oculta urna.

Lluvia en los ojos
catarata incesante
de los enojos.

Añoro el canto
y las risas y el beso
también el llanto.

Todo añorando
y la vida sin pausa
se va pasando.

¿Es natural
estar siempre en batalla
con los demás?

Agua bendita
para la sed si es pura
y está fresquita.

Causa dolor
mientras con gran cinismo
te habla de amor.

Siempre regresa
pero ya no es lo mismo:
el tiempo pesa.

Hoy he bebido
dos tacitas de caldo,
de postre un higo.

Si no es el viento,
lo que tu hoja mueve
es Pensamiento.

Miro y no creo
lo que me da el reflejo,
cierro los ojos.

Tintes de rojo
de cansancio y de pena
en tristes ojos.

Ojos que añoran,
quieren tenerte cerca,
por eso lloran.

La madrugada:
duermen ojos de estrellas
y el sol se nace.

Daga y espada
la palabra y el verso...
nuestra alborada.

Voy de mudanza:
la casa en la que vivo
y la de holganza.

Siendo pequeña
Merlín me entusiasmaba
con su leyenda.

Luego crecí
y al poder de Morgana
yo me rendí.

Siempre asombrosa
decidió hacerse bruja
en vez de diosa.


¡Cuánta belleza
recogida en imágenes,
qué bella empresa!


La fiel Morgana
y la Dama del Lago
velan por Ultra.

Cuando no esperes
volando escaparé
de mis deberes.

Siento emoción
y pronto me la quitan
de sopetón.

Bueno sería
que no bebieras nunca,
siempre en sequía.

Con tantos años
y reacio a admitir
qué te hace daño.

Llegada el alba
con sus puntos y vendas
nos curó el alma.

Verano y viento
llevándose al azul
los pensamientos.

¿No te parece
que cuando hay comentario
algo perece?

Algunos quieren
la mera exposición
de sus saberes.

Otros, en cambio,
quieren crecer y crecen
en intercambio.

Van contestando
a todos los que dejan
su comentario.

No me joroben
ni el callo ni el juanete
¡manda cojones!

Piso con garbo
y al que no me jalee
yo me lo cargo.

Estoy de fiesta
con los pies embotados
... y la cabeza.

Cuerpo en guitarra,
su mástil en lo alto
forma peineta.

Entre mis pechos
anhelos y nostalgias
hallan pertrecho.

Subo la cuesta
por ver desde lo alto
mi pueblo en fiesta.

Pasa la banda
precedidas de escuadras
en zarabanda.

Talle mimbreño
que solo se ha quedado
en el recuerdo.

Yesca que arde,
aprovecha el momento
mañana es tarde.

Huyendo va
la paloma que mora
tu palomar.

Rama en el pico,
y el corazón picado
como acerico.

Aquel palomo
le cerró la trampilla,
su dulce asomo.

Vuela que vuela,
y es blanca como nieve,
patas bermejas.

Vena al derecho
y sigue habiendo pena,
pena en el pecho.

Si boca abajo,
es que callas a todo,
señal de acato.

Arsa y olé,
un "sí señor" diciendo
y un "mande usted."

Regreso tarde
como siempre, despacio,
sin un alarde.

Si tocas bajo
apoya un pie en el suelo
e impulsa un salto.

Mirada dulce,
a la luz de tus ojos
todo reluce.

Con tu mirada
me deshaces el hielo
de madrugada.

Tras el espejo
parece que me miras
desde muy lejos.

Pepe y Antón:
uno es solo el que habla
y escuchan dos.

Llegó el verano
con él se va acercando
mi cumpleaños.

La gota crece
que si no en la sequía
todo perece.

El regresar
nos es gratificante
si es descansar.

Arsa y olé
la gracia y el salero
que tiene usted.

Sutil la tela
la araña va tejiendo
de fina seda.

Cada mañana
el rocío en la rosa
rosa en tu cara.

Hoy me he quedado
con la vena vacía
y el verso a un lado.

Una paloma
alegre ha visto el vuelo
de un compañero.

Cómo deseo
estar en pie de paz,
mi compañero.

Ardo en deseos
de ver el mundo en paz
y sin flirteos.

Deseo en vano
un cambio de actitud
del ser humano.

Como un suspiro
deseo que me llegue
el fin temido.

Clarividente
el deseo en el alma
mas no en la mente.

Deseo innato
alejar de la vida
todo lo ingrato.

Desearía
que más de veinticuatro
tuviera el día.

En la ventana
se despiertan las flores
por la mañana.

En un minuto
paso de un año a otro,
no soy la misma.

En un minuto
pasé de la templanza
al exabrupto.

Minuteando
voy contando segundos
y horas pasando.

Nocturnidad,
cuando se hace más obvia
la soledad.

Se abre la flor
destacando en el verde
con su esplendor.

Desiderata
por la que algunas veces
hasta se mata.

Pobre deseo
y mucho de nostalgia
y amarilleo.

Nunca la azada
es usada de noche
ni en madrugada.

Todo lo pienso
y en cuanto me descuido
sufro un tropiezo.

Sobre los olmos
el silencio y las nubes,
más allá el cosmos.

De la paloma
sólo ha quedado el "palo"
y nada más.

De asombrar es
cuando enciendes las luces
y nada ves.

Roja es la flor:
va teñida de sangre,
lleva dolor.

Ya solo espero
que se apaguen las luces
del mundo entero.

Tras los albores
las luces se nos muestran
con mil colores.

Y alzas la cara
porque la luz destelle
en tu mirada.

Luces del alba
preconizando vida
consuelo y calma.

Cuando estoy triste
encontrar la belleza
se me resiste.

Triste momento:
sonreír por afuera,
llorar adentro.

Tristeza insomne
que de mi lagrimal
rompió los goznes.

Yo bien quisiera
que esta tristeza mía
de mí se fuera.

Blancas las olas
y bajo del azul
las caracolas.

Brisa marina
que en la piel va dejando
gotas salinas.

Es mi tristeza
asidero, mas clavo
que me atraviesa.

Dónde estará
el veneno que mate
tristeza y mal.

Hoy ha venido
la tristeza en un arco
y a mí me ha herido.

Flores del mal
que son insuficientes
para matar.

¿Y la paloma
ya llevaba el olivo
cuando Sodoma?

Falsa verdad
que va preconizando
la libertad.

En los corrillos
se habla de la concordia:
coro de grillos.

Luces de amor
un candil encendido
un lirio en flor.

Luces del alba
en espera de un día
que traiga calma.

Luces, más luces
y en lo alto del monte
nuestras dos cruces.

Luz en el alma
y en la mirada sombras
que quitan calma.

Luz en mi vida
y el cruel cortocircuito
que me la quita.

Mi vida es luz
y a veces es el clavo
para mi cruz.

Vieja soy yo
mas sigue siendo joven
mi corazón.

Qué bello el duelo
que con amor asciende
hasta los cielos.

Busca consuelo
el corazón herido
con este duelo.

Y amigos halla
que también en el pecho
guardan la llaga.

Es cruel dolor
el que va desgajando
mi corazón.

Llaga de luz
que pronto va a llevarme
donde estás tú.

Se me deshace
la esperanza en el pecho
tan pronto nace.

Un malestar
que va minando el alma
sin descansar.

De un claustro vengo,
paseaban dos almas
allende el cielo.

Vela en el alma,
quédate ahí encendida:
nos haces falta.

Toda ternura,
parece que mostrarla
fuera locura.

Vende piedad
y llena sus estantes
la vaciedad.

Préstale el zoco
para poder llenarlo
de todo un poco.

Estamos locos
cuando escribir queremos
de todo un poco.

Roja la herida
calor que al apagarse
se torna en vida.

En humo asciende
el calor de la entraña
que nunca duerme.

Por el costado
se le ha abierto una brecha
al Hijo amado.

Un extractor
le va sacando el humo
del interior.

El Arenal,
fuego de caramelo
igual que un flan.

El Fujiyama
con sombrero de nieve
su fuego apaga.

Hoja amarilla
tiempo recalcitrante
de la nostalgia.

Ponle trombones
que con ellos se alegren
los corazones.

Gira la rueda
verano otoño invierno
y primavera.

Ha sido un gusto
celebrar este otoño
el primer lustro.

Es el silencio
un grito que se ahoga
muy, muy adentro.

Silla del Cid
que me viste nacer,
quizás morir.

Reinas el Valle
y me darás tu aliento
cuando yo calle.

Otoño alfombra
de hojas amarillentas
frío en la sombra.

Veo una mosca
con los ojos de aretes
y barba roja.

Los caracoles
pasean por mi alma
de lluvia y soles.

En soledades
qué largas son las noches
y las saudades.

El ruiseñor
con su sangre hizo roja
la blanca flor.

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