viernes, 3 de septiembre de 2010

Avidez de justicia




La insensibilidad se muestra reticente
y un pálpito de amor triste se escapa
y se hace solidario.

Cuántas pieles curtidas en la lluvia
y en el aire
y en estaciones muertas.
Cúanta resignación,
porque no hay otra.
Cuánto grito apagado,
cuántas palabras hueras.

Hoy he visto
barrigas hinchadas,
y por causas distintas.

Y yo aquí,
impotente,
asqueada,
intentando llevarme algún dulce a la boca
que disimule
lo amargo del sistema.

No hay postre suficiente
al hambre
de justicia.


Idella
(03-09-2010)

2 comentarios:

Willow dijo...

No, amiga, no lo hay... "postre suficiente..."

Idella Esteve dijo...

Cierto, Ana.
El postre resulta insuficiente y amargo.