Me he cansado del rojo de mi pelo,
me he teñido marrón de chocolate,
por paliar la visión de este dislate
puse mechas limón y caramelo.
Al mirarme al espejo me consuelo:
no tuve a mano un verde de aguacate
que pudiera aumentar el disparate,
ni un amarillo incierto de pomelo.
Intento lo genuino en mi melena,
y el desbocado blanco de las canas
lo amansa una tintura en ocre-arena.
Recobro los colores de avellanas,
mis ojos son de miel y soy morena,
cosa lo más común en las hispanas.
Idella
(18-05-08 )
2 comentarios:
Si oliera a la flor de la guayaba
o tuviese el sabor de ricas piñas,
batida con yogur para las niñas
¡Sería buen spot por si se daba... ;))
Un beso. Es muy bueno y contagioso.
Elisa
Jajaja. Muy bueno, Elisa.
Porque no me lo sugeriste entonces, que tal como andaba seguro que lo habría hecho.
Un beso, preciosa.
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