viernes, 15 de febrero de 2013

Tristeza II

Sombras de otoño

En sombra me he convertido,
soy sombra de lo que era,
en mi ya no hay primavera
el tiempo la  ha consumido.

En el otoño me encuentro,
veo sombras por doquier,
tan nublo es mi atardecer
que se me llueve por dentro.

Brotes hubo en el camino
que se fueron amustiando,
espectros el alma ajando
y ensombreciendo el destino.

Sólo la sombra me alumbra;
no hay deidad, lucero o sol
ni un mortecino farol
que libere mi penumbra.
*
A mi espejo

Espejo, me intimidas.
Dime por qué me acosas,
por qué ya no reflejas
de mi cara las rosas.

Di por qué te empecinas
en mostrar mis despojos,
lo ajado de mi piel,
las líneas de mis ojos,

el rictus de quebranto
por tantas frustraciones,
por heridas abiertas,
por cerradas pasiones.

Espejo, ponte un velo
si no quieres mentirme,
no quiero las verdades
con que sueles herirme.

Contigo disfrutaba
cuando mi primavera;
hoy, llegado mi otoño,
ya no soy la que era.

Refléjame por dentro
obviando mi envoltura,
proyecta en tu cristal
mi oculta galanura.
*
Muerte

Muerte, tú, mi compañera
que al nacer naces conmigo
no te extrañes si te digo
que se hace larga la espera

de que vengas a buscarme.
Con tu guadaña piadosa
me cortarás acuciosa
lo que hayas de cercenarme:

El cordón umbilical
que me une con el mundo,
este penar tan profundo,
este regusto bilial.

Este estar a toda ultranza
al frente de la batalla,
este corazón que estalla
porque nunca encontró holganza.

Este cansancio infinito,
este ahogo, esta opresión,
esta fatal desazón.
Escucha, Muerte, mi grito.

Idella Esteve      


9 comentarios:

Rafael dijo...

Segunda parte en una triología de poemas unidos por un lazo común y perfectos en ese desarrollo del otoño en la vida, la espera y la contemplación y por último la muerte.
Trabajo perfecto querida amiga.
Un abrazo y feliz viernes.

Javier López-Gomis dijo...

Dolorosa pero muy bella disección de la tristeza. Se deja sentir. Muy hermoso.

Abrazo.

markes.kaliche dijo...

La languidez del invierno nos invita
a sacar la tristeza en forma de
excelentes poemas y bonitos, aunque
tristes, pensamientos.
bonita trilogía que invita a pensar
en la madurez.
Un fuerte abrazo.

Marisol Puche dijo...

Preciosos y profundos sentimientos. Y unas pinturas maravillosas. Un abrazo

Ceciely dijo...

Saludos Idella, me da mucho gusto volver a encontrarte, tienes puestas muy lindas pinturas.
Me han gustado tus poesías, pues, salen del fondo de tu realidad y, cuando ésta duele, la poesía se vuelve más alada y profunda.
Hay una honda tristeza en tu alma, pero... ánimo amiga…el universo es un accionar constante y lo que hoy te hace sufrir mañana se trocará en porvenir floreciente…ten la seguridad que nada es estático.
Te deseo una buena semana
Un abrazo efusivo.

Pitt Tristán dijo...

He disfrutado con su lectura pero no tengo el nivel suficiente para hacer una crítica, sólo decir que me encanta.
Como de otras cosas entiendo más que de poesía -de la belleza, de frivolidades y eso- sólo añadir que eres muy exigente con tu espejo, yo diría que hasta injusta, muy injusta.
Lo siento, ya sé que los comentarios han de ser elogiosos pero me puede la sinceridad.

Anónimo dijo...

Algo pasa: intento y no acierto... a tener éxito al mandar la orden de publicar; por error mío, claro.
Son emocionantes poemas: los dos extremos densos y doloridos (¡ese grito final, ufff!)y muy buenos, con excelentes figuras literarias; del central, me quedaría con la estrofa última para regalarte su mismo aliento.
Idella, y ahora, si puedo, ¿convendría ya no trabajar tanto el dolor y con tan largo tiempo? Temería que pudiera lastimarte más que liberarte de él. Lo señalo, porque yo, no sé que haría...
Un buen saludo.

Anónimo dijo...

Holaa he llegado hasta aquí aconsejada por un amigo Alfredoy me he llevado una gran sorpresa al ver que somos paisanas muchas felicidades guapa sy me lo permites volveré...
saludos

Ismael Pérez de Pedro dijo...

me encantan todos. El otoño está muy bien, nadie es lo que era, en eso consiste la evolución. la vida no se detiene, y todos los finales están próximos, por eso lo mejor es el camino. Besos, me zambullo de nuevo en tus poemas