domingo, 29 de enero de 2012

Bendito sea el penar


Bendito sea el penar
si la pena engendra el verso,
el verso que al aire saca
estas angustias del pecho
que orea y las evapora
liberando el sentimiento,
haciéndose más livianos
los rigores del infierno
que supone estar penando
sumida en el desespero.

Siempre dije ser paloma
que le truncaron el vuelo
y es otro de mis penares
cuando se acerca mi invierno
acentuando mis daños
con los amargos recuerdos.

Pero me agarro al susurro,
propiciado por mis ruegos,
en los versos de un amigo:
me aferro a ese clavo ardiendo
que está queriendo ayudarme
con la fuerza de su afecto.

Idella Esteve
(27-5-07)

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