miércoles, 11 de enero de 2012

Poema a un presidente


¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
(Francisco de Quevedo)

Prometiste unas cosas que hoy son otras.
Te he votado por tres consecutivas
y tú eras para mí el clavo ardiendo.

Yo te pido, ¡por Dios no me defraudes!,
-aunque no sé de macro economía-
que no nos hundas más la clase media.
Y si tú has de pedir, pide consejo
a quienes subsistimos
con un sueldo (muy) básico,
¿qué saben de problemas
quienes eso no sufren?

Se debe recortar (sé que lo harás)
allí donde se pueda hacer un corte.
Pon la mirada allá, mi Presidente,
donde haya riqueza atesorada.
Por una santa vez
que paguen los demás,
ya los mismos de siempre están cansados
-léase el intermedio,
el que no es muy rico
ni pobre suficiente,
léase el funcionario, el jubilado...
léase la clase que aún soporta
lo que no es soportable.

Te pido la debida valentía
-te supongo a la altura-,
haz los recortes donde corresponda,
en los gastos superfluos:
intentad cambiar leyes ...
cortad por fin los sueldos vitalicios
por servicios prestados
tras años irrisorios ...
(contrastados con otros)
-que haya igualdad en la jubilación-
... y esos emolumentos
desmesurados...
esas dietas...
¿cuántos ex presidentes
por vida cobrarán
de nuestros bolsillos?

no deis la sensación
de la vuelta de señores feudales
y siervos de la gleba,
de tanto descontento.

No matéis la ilusión
del que os sustenta.

¡Cuántas cosas!
¿Verdad? ¿Te pido mucho?

Te podría pedir alguna más
pero no es necesario,
con esto es suficiente.
Actuar es lo importante:
no gobiernes igual,
-o desgobiernes-

a ver si se nos pasa la costumbre...

Este país lo vale
o es un país que muere.

Idella Esteve

No hay comentarios: